Hoy me ha pasado una cosa rara en el metro. En Baunatal se ha subido un tipo normal con un cuadro de un payaso llorando. Eso lo hacía raro. El tipo detectó a la chica más guapa del vagón, se acercó demasiado a ella y le dijo
-¿Conoces al pintor Toulouse-Lautrec?
Ella, sin mirarle, dijo
-No
El hombre dijo entonces que el cuadro que llevaba era de Toulouse-Lautrec y que se lo daba
-Por 100.000 euros
-Por 20 euros
-Por un abrazo y un beso
La chica, claramente incómoda, reiteró su negativa. Pensé entonces que estaba ante una situación de acoso que me obligaría a intervenir en su defensa de alguna forma. Sopesando los posibles desenlaces de aquello y confesando mi inclinación natural a ser un testigo antes que el protagonista, encontré un salvoconducto. Si la chica se sentía realmente en peligro se bajaría en la siguiente parada y se acabaría el problema.
No lo hizo.
Subió entonces un joven al vagón que, al ver al tipo normal pero con un cuadro de payaso llorando, le saludó con familiaridad. Se acercó amigablemente y el tipo respondió a su saludo. Aunque enseguida dijo
-¿De qué te conozco?
No escuché cuál era el vínculo entre ambos, pero sí que el tipo normal le decía que el cuadro que llevaba, y esto solo lo sabía él, lo había pintado Van Gogh (o algo así). y que se lo daba
-Por 100.000 euros
-Por 20 euros
-Por un abrazo y un beso
A lo que el chico joven respondió
-De ninguna manera, no me puedo llevar ese cuadro justo hoy, que voy a a casa de un amigo.
-¡Mucho mejor! Se lo regalas a tu amigo.
Acto seguido, el tipo normal con un cuadro de payaso llorando, se bajó en la siguiente parada, diciéndole al chico joven
-Hasta luego y gracias por acordarte de mí.
Como para olvidarse de él.